VIAJAR NUNCA ME HA LLAMADO DEMASIADO

La última vez que estuve a punto de hacer un pequeño viaje iba a ir a ver a uno de mis amigos que ahora mismo está viviendo en Madrid, pero tuve que cancelarlo porque a mi amigo se le había fallecido un familiar en Zamora y tenía que desplazarse hasta el Tanatorio Zamora para asistir al velatorio y el funeral. Ahora mis amigos del colegio quieren hacer un viaje a Tenerife porque se le ocurrió a uno de ellos que vive allí. Personalmente no me ha hecho ninguna gracia que me intenten arrastrar a un viaje que no tenía planeado y que no estaba en mis planes de futuro. Mis amigos del colegio saben perfectamente que ahora mismo no estoy en un momento financiero demasiado bueno pero eso a ellos no parece que les importe demasiado y siguen metiéndome presión para que vaya. Al final no me va a quedar más remedio que enfadarme un poco para que de verdad me dejen en paz, si tantas ganas tienen de ir hasta allí que vayan los que puedan permitírselo a mi la verdad es que no me importa que se vayan de viaje sin mi.

La verdad es que nunca he sido demasiado de viajar. Desde que no tuve una buena experiencia en un viaje a Portugal cuando era un niño, no es que me quedasen demasiadas ganas de viajar y es cierto que he evitado viajar todo lo que me ha sido posible a lo largo de toda mi vida. El principal problema que siempre he tenido para poder viajar es la comida, ya que no me gusta probar cosas nuevas para comer y nunca sabes lo que te va a tocar comer cuando salgas de tu zona de confort. Si hago un viaje tiene que ser a algún sitio en el que sepa de antemano que voy a poder comer algo de lo que a mi me gusta y que no me voy a pasar todo el viaje muerto de hambre, como ya me ha pasado alguna vez y he tenido que sobrevivir con lo justo.